Las mujeres que lo bailaban vestían el pāū de todos los días o falda envuelta, que dejaba el pecho al descubierto. Como señal de demostración de lujo, la pā’ū podía ser mucho más larga que el kapa habitual o tela de corteza, que tenía la longitud justa para enrollarlo en la cintura. Los visitantes hablan de bailarinas envueltas en gran cantidad de tapa, suficiente para incrementar de forma notable su circunferencia. También podían lucir collares, brazaletes, pulseras tobilleras además de muchos lei (en forma de coronas, collares, brazaletes y pulseras tobilleras).
Los hombres vestían el malo de todos los días o tela de costado. Igualmente podían llevar un malo voluminoso, hecho de mucha tapa. Lucían también collares, brazaletes, tobilleras y lei.
Los materiales para el lei que se lucía en las actuaciones se recolectaban en el bosque, tras hacer cánticos y oraciones a Laka y a los dioses del bosque.
El lei y la tapa que se llevaban en el hula sagrado se consideraban imbuidos de la santidad de la danza y no podían llevarse después de la ceremonia. El Lei se solía dejar como ofrenda en el pequeño altar dedicado a Laka que había en cada halau.
'AUANA
La vestimenta desempeña una función a la hora de ilustrar la interpretación del hula que hace el instructor del mele. Aunque existe cierta libertad, la mayoría de los halau siguen las costumbres tradicionales de atuendo. Las mujeres llevan normalmente faldas o vestidos, mientras que los hombres pueden llevar pantalones largos o cortos, faldas o un malo (una tela enrollada por debajo y alrededor de la entrepierna). Para los bailes lentos y gráciles, los bailarines llevan ropa formal como el mu’umu’u para las mujeres y la faja de los hombres. Un tema rápido, animado y "travieso" quedará mejor si el intérprete luce un atuendo más revelador o festivo.
Esta es una antigua forma hawaiano de la pesca, con la participación de muchos nativos de la costa, luego de obtener un gran grupo para ayudar a tirar la red a la costa. La red está alineada con el ki (TI) que ayuda asustar los peces hacia el centro de la red.
Cuando los misioneros cristianos llegaron en 1820 se escandalizaron al ver tantas personas realizando danzas impías, tanto que persuadieron al rey de entonces para que las prohibiera. Así que el hula se hizo clandestino durante 60 años. Excepto por unas pocas personas que consiguieron obtener un permiso oficial, se bailaba en secreto.
Actualmente se ha producido un interés especial por elementos de la cultura antigua, como el hula. Cada vez hay más personas que se apuntan a los “halau”, escuelas donde los profesores enseñan los valores tradicionales y la disciplina. Aprender la danza requiere dedicación y trabajo duro. Dedican muchas horas para perfeccionarse. Para el maestro de hula Kumano Palani Kuala, la danza es una forma para que lo mejor de la antigua cultura hawaiana llegue a la audiencia moderna. "El hula no es tanto algo físico sino más bien algo mental y espiritual. Para ellos la danza significa muy poco porque muy pocos hawaianos hablan la lengua. Así que lo que intento hacer es concienciarles de la realidad que ven hoy. "
Cada primavera se celebra el festival “Merrie Monarch” en Hilo, con una competición de hula. Se reúnen bailarines de hula de todas las islas para competir. También acuden para honrar al rey legendario que devolvió el hula al centro de la cultura hawaiana. A los bailarines de hula se les juzga por su interpretación, estilo y la autenticidad de sus vestimentas. La forma en que envuelven sus faldas o se las sujetan, por el color que visten e incluso por los arreglos florales. Este tipo de acontecimientos ayuda a preservar las tradiciones antiguas para futuras generaciones.
